Despertar
a tu lado
Mis parpados permanecen
cerrados, aletargados después de una noche envuelta en sueños de tul…
Respiro… y siento tu
mano presionar mi vientre. Piel con piel, tu calor se hace tangible, palpable
conforme mis sentidos cobran vida; aferrados a esta increíble realidad, que
juntos, vamos construyendo.
Te siento, mientras el
sol rompe el insistente crepúsculo exterior, y nuestra pequeña burbuja de intimidad
es profanada por sus rayos; inundando este refugio, donde aún adormilados
yacemos, con las múltiples percepciones que acompañan al amanecer.
Banal alborada, sin
embargo; para nosotros, amantes de la seda nocturna, de la húmeda ligereza del
manto crepuscular…Trivial cantar de pájaros, que traspasa sin permiso el
alfeizar de aquella pequeña ventana pintada de azul, transportados por esa
brisa intrusa, que imita caricias en mi rostro, impregnadas con aromas a miel y
azucenas.
No obstante, mis
parpados siguen cerrados, a pesar de las tentaciones que este maravilloso día
entrevera. Pues mis sentidos, te aguardan a ti… Mi dueño, mi señor… Aquél que
domina y al mismo tiempo es esclavo de mis delirios.
Entonces, te mueves y
me reclamas. Y solo entonces, yo abro los ojos…
a este despertar que al fin nos consuma… Vestidos con sábanas blancas,
que nos atan en singular envoltura, que nos recuerdan el agitar de la pasada
noche, que testaruda persistió en su abandono.
Sin embargo, no habrá
lágrimas que lamenten la dejadez del ocaso… Pues despertar a tu lado, es una
bendita monotonía colmada de descubrimientos… Saber que me miras, que me
desnudas con tu perspicacia cuando pretendo cubrir mi cuerpo con ropas… Saber que te tengo, sentir tus manos deslizándose
más allá de esa intimidad que fusiona nuestros entes, mecidos por el
azoramiento, por ese sudor que destila nuestro cansancio, que cubre nuestras
pieles y deja el ambiente impregnado de olores henchidos de erotismo y pasión… Saber
que me cuidas, que como cada mañana al
salir de la ducha, habrá una rosa con tu sonrisa ligada a su tallo, acompañando
al café…
Oh, no es difícil… Nada
difícil despertar a tu lado.
Escrito por Gema
Lutgarda E. López.
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